Derrumbar el pasado impide construir un mejor futuro

by - julio 24, 2020

En esta calurosa semana de Julio, en la víspera de la festividad del patrón de España, Santiago Apóstol,  y con las buenas noticias desde los laboratorios de la Universidad de Oxford en la búsqueda de la vacuna contra el Coronavirus, me gustaría reflexionar sobre los acontecimientos inexplicables que están teniendo lugar en todo el mundo, bajo la razón de borrar o tratar de borrar la historia de la humanidad. Tú historia y mi historia.

El historiador Fernando García de Cortázar decía que la historia tiene tres estados: un pasado, un presente y un futuro. En estos tres estados se crea un vínculo que directamente liga a uno con el otro y sucesivamente entre los tres, de tal manera que cuando se rompe el vínculo o se trata de hacer desaparecer uno de los tres estados, la historia queda, vamos a llamarlo: corrompida. Si hacemos desaparecer el pasado, impedimos hacer un mejor futuro.

Y todo esto viene a raíz de los múltiples acontecimientos de derrumbe de estatuas e intento de abolición de la iconografía histórica que nuestra sociedad "moderna" guardaba en diferentes emplazamientos públicos como símbolo de la memoria colectiva de un pueblo o de una sociedad. Actos que forman parte, supuestamente, de una lucha contra el racismo.


Lo que comenzó en EE.UU con los derrumbes de estatuas de Cristóbal Colón, poco a poco ha ido trasladándose a diferentes puntos del mundo con pintadas y actos vandálicos en otras representaciones como puede ser la de Miguel de Cervantes, o la de San Junípero Serra. Tambien en cine, con vetos como el que la multinacional audiovisual HBO ha hecho con el histórico film Lo que el viento se llevó, 1939.

Por ello, rebuscando entre diferentes libros, artículos y sobre todo, a raíz de una larga conversación con la profesora y directora del Área de Historia de América de la Facultad de Humanidades y Comunicación de la Universidad de Burgos, Adelaida Sagarra Gamazo, quiero comentar mi visión sobre los actos con argumentos que la propia historia aporta.

El principal motivo de echar abajo estatuas, supuestamente, es por el proceso de colonización de América. Pues bien, hay que entender en primer lugar que el Renacimiento, período que integra ese hecho, es una etapa que acuña un gran afán de dominio, tanto cultural e intelectual como territorial y colonizador. No solo en la península ibérica con los Reyes Católicos, sino que ocurría también en Francia o en Inglaterra. Un ideal que continuó hasta las formaciones de los primeros estados modernos, tomando por ejemplo, la formación de las repúblicas italianas.

Algo parecido a lo que ocurría en la antigua Grecia y en la posterior Roma. De tal manera que si queremos criminalizar la colonización y los hechos de expansión de los territorios que por entonces dominaban, también hemos de criminalizar y echar abajo estatuas iconográficas del Imperio Romano o qué se yo, de los filósofos grecos como Aristóteles, que reconocía a los esclavos como "cosas".


Eso si queremos sacar de contexto histórico todo y usarlo para abanderar un movimiento antirracista, ya que la barbarie siempre está más mediatizada que el discurso y el diálogo. Algo parecido a lo que dice la reconocida periodista Rosa María Calaf y su llamada a la alfabetización mediática, puesto que la sociedad actual vive en una continua conmoción pública en la que se mezcla el entretenimiento con la información.

Volviendo a la historia, la diferencia más notoria que existía en Castilla - Aragón y Portugal con el resto de territorios, era que en estos dos casos la reconquista había creado un reflejo histórico que hacía que se avanzara hacia el sur, en vez de permanecer en la tierra propia del medievo. Además, Castilla y Portugal salieron de forma natural al Atlántico con los viajes de expedición.

Tras la conquista de América en 1492 y la realización de diferentes viajes posteriores, se dio paso al periodo conocido como la colonización, que como la mayor parte de los hechos históricos mundiales, tuvo su lucidez y tuvo sus oscuridades. Conociendo la premisa de la que hablábamos sobre el ideal de dominio y teniendo en cuenta la forma de obrar, en términos expansivos, del momento, seguro que tuvo muchas más oscuridades que luces. Y digo esto precisamente, para que no se entienda este artículo de opinión como una defensa de la colonización, ni a las barbaridades que se cometieron contra los nativos de las llamadas Indias.

Esas oscuridades dieron lugar a acciones como el tráfico de negros esclavos y al sometimiento de estos en su propio territorio. También dio lugar al mestizaje entre los colonizadores y los habitantes naturales de las tierras americanas. Diferentes prácticas que a la larga supusieron una corruptela manifiesta por parte de los colonizadores que los Reyes Católicos abolieron tras la muerte de Isabel I de Castilla en 1504. Ella dejó escrito en su testamento la necesidad del buen tratamiento a los habitantes de las Indias. Por eso, años más tarde, en 1512, dentro de las Leyes de Burgos, se dio lugar a la primera legislación indigenista de la historia en la que se abolió la esclavitud.

Los Reyes Católicos tenían claro, por tanto, que los indígenas eran personas, libres y sujetos a derechos y deberes, salvo los antropófagos que sí se los podía esclavizar para defender a los otros indígenas de ser comidos. Además, a los altos cargos que llevaban la gestión de las colonias en América se les obligaba a rendir cuenta al regresar a España en los llamados Juicios de Residencia, al que se sometían desde virreyes o gobernadores hasta corregidores o jueces, entre otros. 

Esta acción supuso cientos de juicios a personalidades con sentencias de duros castigos, lo que sirvió como ejemplo para el resto de funcionarios. Es interesante leer este artículo en referencia a la composición y al formato de estos juicios en el siguiente enlace https://laamericaespanyola.wordpress.com/2018/05/08/los-juicios-de-residencia/.


Por estas razones, entre otras, no entiendo esta corriente que ha irrumpido ahora a consecuencia de la represión policial que años y años se lleva ejerciendo contra la comunidad negra en un país sumamente violento como es Estados Unidos. Una acción supremacista que, por supuesto, hay que criminalizar y que demuestra la necesidad de crear vínculos entre políticos, sociedad y fuerzas del orden para acabar con ella. Pero que no justifica para nada este intento de eliminar capítulos de la historia de la humanidad.

Por otra parte, esta corriente, pretende crear una barrera entre lo que se hizo bien y lo que se hizo mal, es decir, juzgar la historia. Por ello, lo que hizo el colonialismo español estuvo horriblemente mal, pero lo que hizo el colonialismo inglés, sobre todo en América del Norte, estuvo más o menos bien y no merece ser comentado. Cuando firmando acuerdos con los piratas para llegar a Virginia, los ingleses se abanderaban del concepto de libertad y lo propagaban entre los nativos. Después a estos los desplazaban de su tierra natal y poco a poco los expulsaban a África o a donde les viniera bien en ese momento. Todo ello sin proponer ni instaurar una legislación para la buena convivencia.

Y es que una vez más, el intento de juzgar la historia en estos tiempos que vivimos es absolutamente increíble. Yo no soy un historiador, pero reconozco que historia no hay más que una, y esta no se puede juzgar ni se puede hacer desaparecer de la noche a la mañana. Ella nos tiene que servir como instrumento fundamental para crecer y para crear un mejor futuro, con una convivencia apacible entre las diferentes opiniones, creencias y formas de vida. Y todos esos capítulos bochornosos del ser humano, que no son pocos, tomarlos como referencia de lo que no se puede volver a repetir.

Todos somos únicos en la historia de la humanidad y nunca habrá nadie como cada uno de nosotros. Dejemos de juzgar, de buscar en el pasado razones para crear conflicto y división, y forjemos una sociedad equitativa y llena de oportunidades sin distinciones. Y por supuesto sin estatuas en los suelos.

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