La guerra por el verdadero feminismo
Ayer vivimos un nuevo 8 de marzo que, dentro de la marabunta de declaraciones, opiniones y acciones judiciales, nos hizo reflexionar sobre cuál es la realidad que vivimos hoy en día y sobre cómo se estructura la sociedad actual con los importantes desafíos que se nos plantean. Hoy especialmente abrimos la cartera de los documentos del feminismo.
Aristófanes en su famosa comedia Lisístrata indica que "no hay justicia social si no se cuenta con las mujeres". Estamos hablando aproximadamente del 411 a. C. y ya teníamos ejemplos de ensalzamiento del papel de la mujer. Esta fábula habla además de la administración del capital e indica la paradoja que existía en la sociedad de entonces, pues al ser las propias mujeres las administradoras de la casa, no tenían la posibilidad de administrar las finanzas.
De Lisístrata a las multitudinarias oleadas de Spanish Revolution y el 15-M. En gran medida bajo el slogan: "La revolución será feminista o no será". Recordemos el enunciado de la obra de la Antigua Grecia del párrafo anterior...
El lema se vino abajo tiempo más tarde debido a la falta de perspectiva feminista que existía en la Asamblea del 15-M, lo cual tiene su reflejo diez años más tarde hasta hoy. Disidencias claras entres los partidos políticos y grupos sindicales sobre cual es realmente el buen feminismo. Precisamente, lo que muchos llaman el fruto de aquel 15-M, Unidas Podemos, hoy muchos se preguntan si en la actualidad es lo suficientemente feminista como lo marcan sus ideales.
Las autoras Kira Cochrane y a Alicia Miyares hablan en su trabajo de investigación sobre una cuarta ola del feminismo de la que indican, es la que está teniendo lugar en la actualidad. Esta ola se caracteriza por tener una conjetura de unión y por la transversalidad en todos los sesgos de participación de la persona, el trabajo, el ocio, la información... que no se limita a la acción política o a la acción sindical.
De hecho, en esta investigación ambas autoras resuelven que en esta cuarta ola existe un feminismo burgués que rechaza por completo una historia del feminismo, tomando esta afirmación a su vez de las autoras de El tejido de la rebeldía (2014), Julieta Paredes y Adriana Guzmán. Una postura que habla del feminismo como un síntoma de modernidad y que responde a una visión occidental y burguesa, dejando atrás años y años de lucha.
Esta cuestión no la podemos dejar pasar por alto y es que, desde mi punto de vista, no se puede entender cómo un tema tan trascendental como el feminismo pueda tener en la actualidad tantos sesgos entre la sociedad. Si el fin, se supone claro, es el mismo. ¿Por qué diferentes maneras de predicar y de actuar?
Estos sesgos no es algo que sólo se promueva desde el activismo feminista ya que como comentaba, los partidos políticos lo hacen. Se encasillan ellos mismos y hacen creer a la población que votando una u otra cosa, estás votando más o menos feminismo. Esto es realmente un hecho triste pues al hablar de conceptos tan troncales, hacer política es una frivolización de las necesidades sociales de los individuos.
Dejar de lado las luchas políticas por el feminismo debería de ser punto en las asambleas y no alardeos para ganar votos. Por supuesto, además, implicar a los hombres para conseguir de una vez el cambio de tendencia y de conductas. De ninguna manera se podrá lograr la plena igualdad sino es desde la unidad. Por cierto, palabra cuya acepción terminará cayendo en el olvido.
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