El puente del río Narva comienza en un lugar del mundo y acaba en otro muy distinto, se mire por donde se mire.
Iván cada día lleva sus obsequios recopilados durante toda su vida y los vende a los pocos turistas que suelen ir hasta el borde de Estonia con Rusia. Tiene de todo: pines, recortes de periódico, monedas… En un banco pone a relucir su historia marcada por los cambios y las guerras.
“Yo siempre viví en Narva.” Nos dijo cuándo le preguntamos. Pero vivir en Narva no quiere decir que seas estonio. La ciudad, que hoy está reconstruida casi en su totalidad, perteneció mucho tiempo a la URSS y hoy en día sigue habiendo mucha población rusa viviendo allí, aunque ahora es una ciudad de Estonia.
El río es la frontera física entre este país y Rusia, entre la UE y Rusia, entre Occidente y Rusia. Dos formas de entender el mundo, la sociedad, la vida... separadas por la fría agua de un río en calma.
Iván miraba muchas veces hacia el horizonte de la otra orilla, hacia Ivángorod. Es la población rusa que hay nada más cruzar el puente. Nos costaba saber que decía, pero hay idiomas que no hace falta saber de su gramática ni de su fonética.
Un amigo de Iván, Serguéi, estaba con su bicicleta allí y cuando nos despedimos, vino detrás nuestro a preguntarnos qué hacíamos allí. Le dijimos que turismo. “¿Turismo en Narva? Podéis preguntarme lo que queráis…” dijo.
Nos contó que también había vivido siempre allí y que antes la ciudad era todo, Ivángorod incluido. Se podía pasar libremente por el puente y la vida era distinta. Nos contó además que tenía familia en España y que se alegraba de hablar con españoles en su tierra.
Intentamos entenderle, pero sólo hablaba ruso. El traductor nos ayudó a descifrar qué decía y nos estaba dejando entrever que no podía hablar de todo. “Allá en Ivangorod podríamos hablar de lo que quieras, pero yo también estoy de visita como tú.” Cada uno vemos la libertad de una forma y en un lugar.
En Narva, la vida para muchos es cruzar aquel puente. Esperar horas para que un policía dé su visto bueno. "Cruzaré el puente y terminará todo" dijo Serguéi antes de irse. Lástima no saber a qué se refería exactamente.
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