Arriba en lo alto, en aquellas montañas de Georgia

by - noviembre 20, 2025


Asomarse a un balcón con el viento soplando fuerte y observar las montañas cruzándose entre sí. La paz en un robusto monumento lleno de turistas. Esa paz que se vuelve visitable. 

En lo alto de la montaña georgiana se escenifica en piedra y azulejos la amistad que une a Georgia con el pueblo ruso. La carretera para llegar a los 2300 metros a los que se levanta es la misma que cruza hasta el país de los Urales. La hilera de camiones de mercancía que llegan desde allí recorre kilómetros y kilómetros. 

Arriba en la montaña Georgia guarda parte de sus tesoros. Viven ocultos entre valles donde quizás exista la certeza de que estarán presentes para siempre. Lugares como el monasterio de Gergeti desde donde uno acaba aceptando lo pequeño que es.

Sólo los turistas que pasamos apenas unos minutos allí somos capaces de romper ese silencio antiguo por el que nadie responde. Que vértigo da el tiempo a través del tiempo. Donde quedarán las voces que un día allí pusieron piedras buscando altura.

Y la montaña sigue mirando y contemplando. Esa misma que tiene en la cima una raya que sólo los humanos somos capaces de ver. Las marcas fronterizas que un ave puede trasgredir, pero no una persona sin pasaporte en regla.

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